Live shopping: la teletienda se actualiza en formato evento y en redes
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De origen asiático y nacido para triunfar en redes sociales
HubSpot define el live shopping como “una estrategia de venta que se basa en las transmisiones en vivo o en streaming en plataformas como redes sociales o YouTube, con el objetivo de mostrar los beneficios de un producto o servicio de una forma auténtica que conecte con la audiencia interesada justamente en dicha oferta”.
Se parece mucho a la teletienda, pero hay dos puntos que las diferencian. Por un lado y como se comentaba en la definición, el live shopping se emite en directo y se realiza a través de plataformas digitales, que pueden ser servicios de streaming (como Twitch o marketplaces creados específicamente para un e-commerce) o redes sociales que permitan emitir en live (como Facebook, Instagram o TikTok). Por otro, en este nuevo formato existe una bidireccionalidad entre el público y la marca: la audiencia puede interactuar y hacer preguntas sobre el producto que se muestra, lo que facilita la compra.
El despegue, acelerado por la pandemia
Aunque la pandemia fue un momento determinante para el bum del live shopping, ya en 2016 empezaba a dar sus primeros pasos en el mundo del e-commerce. Alibaba, la empresa china de comercio online que supera a grandes compañías como Amazon, podría ser la creadora de este formato. En 2016 presentó Taobao Live, una plataforma en la que se replicaba esa idea de La Tienda en Casa, pero con retransmisiones en directo y con la posibilidad de comprar los productos mostrados con tan solo un clic.
Es comprensible que, aunque fuese creciendo, el live shopping tuviese su mayor impacto a nivel internacional en 2020, cuando el confinamiento obligaba a buscar nuevas formas de presentar los productos a los consumidores. Uno de los primeros eventos de este tipo en España fue el Desigual Shopping festival. La marca organizó un evento virtual con la periodista de moda Marita Alonso, el actor Raúl Gómez y la presentadora Cristina Pedroche, presentando sus novedades con la idea de estimular la compra. Desde entonces, el live shopping creció de forma imparable: según Statista, las compras en directo aumentaron una media del 76% en todo el mundo desde antes de la pandemia hasta 2021. Ya han pasado casi 4 años desde el inicio de la pandemia, pero el live shopping mantiene su tirón y sus perspectivas son prometedoras: la agencia de marketing Kolsquare espera que esta nueva forma de compra online crezca hasta alcanzar los 245.150 millones de dólares en 2026.
La interacción, la clave del éxito del live shopping
¿Te has dado cuenta de que el éxito detrás de muchos formatos digitales se encuentra, paradójicamente, en su humanización? Que el live shopping haya venido para quedarse se explica precisamente en la interacción que se establece entre el vendedor del producto y la audiencia que se encuentra detrás de la pantalla. De esta forma, no se limita a una mera transacción, sino que se genera toda una experiencia en torno a la compra.
“Estamos humanizando una compra online. Todos consumimos e-commerce y en muchas ocasiones nos podemos sentir abandonados: si tenemos una duda no nos la responde nadie o lo hace un bot. Con esta opción conseguimos hacer un evento que es bidireccional. La experiencia debe ser muy similar a cuando estamos en la tienda física”, apunta Sergio Arias, senior Account Executive de la empresa de soluciones de engagement Skeepers.
Perfecto para acercarse al público joven y no tan joven
El live shopping es un formato que se adapta a cualquier sector, marca o industria; aunque es cierto que las empresas con un modelo de negocio B2C, al dirigirse directamente a su consumidor final, son las que pueden sacar mayor partido a este evento digital. Patricia Ramos, directora estratégica de la agencia Queens, destaca que es un formato que funciona especialmente bien en productos de compra impulsiva, con precios por debajo de los 100€.
El live shopping surge como una forma de acercar el comercio online a las generaciones más digitales, pero su utilización en los últimos años nos ha dado una sorpresa: las personas adultas y sénior son grandes consumidoras de este formato. ¿El motivo? Muy sencillo: al final, y como ya hemos comentado, este canal de consumo no deja de ser una réplica de la teletienda aplicada a las redes sociales, un modelo ampliamente conocido por este público, que poco a poco va familiarizándose con las nuevas tecnologías.