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El estrés del organizador y su coste

El estrés del organizador y su coste

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Eric Mottard
La cultura, nueva mina de oro de experiencias   ¿Cuánto pesa nuestra industria?   Los organizadores se mantienen optimistas para el 2025 pero piden más flexibilidad
Si me lees, sabrás mi obsesión por integrar a nuestro trabajo las ciencias y el conocimiento relativos al ser humano, su funcionamiento, su cerebro. Somos humanos trabajando con humanos, así que tiene sentido integrar los enormes conocimientos sobre cómo funciona esta caja negra que tenemos en nuestro cráneo. Hoy te traigo una doble reflexión sobre el estrés, este estado que acompaña al organizador casi cada día de su vida. ¿Bueno? ¿Malo? ¿Cómo gestionarlo? Pues no es tan malo como podríamos pensar, pero sí, tiene un coste que es mejor evitar.

Se sabe a qué punto nuestro trabajo es estresante. Habrás visto estos estudios que colocan al “organizador de eventos” entre los más estresantes oficios que hay… un listado en el cual estamos en compañía de otros realmente peligrosos como bombero o policía. Hacemos un trabajo que (a priori…) no supone una inseguridad física, pero sí el que más estrés genera. Cualquiera de vosotros compartirá este diagnóstico: seguro que habéis vivido un altísimo número de noches cortas, de momentos de “tierra, trágame” o de sensación de que solucionar tal o cual problema es una cuestión de vida o muerte.  

El estrés no es malo en sí 

El estrés es una reacción física que permite prepararte ante retos. Sin estrés, nuestros antepasados habrían pensado “bahhh, seguro que este león no me hace nada malo”, y no nos habrían podido transmitir esta capacidad de movilización. El estrés provoca una serie de reacciones (atención, aceleración del ritmo cardíaco, respiración más rápida…) que permiten que estemos mucho más preparados para adaptarnos (o escapar del león). De hecho, este apasionante TED explica el estrés como un mecanismo de adaptación, que no es puramente malo en sí: el problema para nuestra salud es el estrés temido, el estrés que nos preocupa. Si aceptamos el estrés como un mecanismo de adaptación, entonces vivimos incluso más años que la gente no estresada. Así que la mejor manera de vivir más años no es evitar el estrés, sino abrazarlo. El problema es si no lo aceptamos: Kelly comenta que el miedo al estrés es la causa de muerte número 15 en EEUU. 

Dicho esto, no glorifiquemos el estrés: el estrés “mal vivido” causa compresión de las venas, subida de la tensión arterial además de cansancio del corazón, y provoca problemas de salud. 

La oxitocina, hormona del contacto humano, ayuda a resistir al estrés 

Ante estos efectos negativos, una solución emerge, como comenta Kelly. La oxitocina (la hormona del cariño humano, que se genera cuando conectamos con otras personas) es muy valiosa para evitar los efectos nocivos del estrés. Ver a otras personas, e incluso mejor, aportarles valor, ayudarles, genera un mecanismo que cancela (sí, sí, cancela, no meramente reduce) los posibles efectos negativos del estrés. Y si algo sabe el organizador de eventos, es conectar con otras personas, compartir, ayudar. ¡No olvides esta dimensión esencial de tu trabajo, que hace de ti una fábrica de oxitocina! Y puedes incluir momentos de ayuda, de solidaridad en tus eventos, y ayudarás a quitar los efectos negativos del estrés en tus asistentes.  

… pero relajarse podría ser una maravilla para ser más productivos 

Aquí entra el siempre apasionante Malcom Gladwell. En su podcast Legacy of Speed, nos trae otro aprendizaje de interés, que saca del mejor coach de atletismo del último siglo en EEUU, Bud Winter. En el episodio “relax and win” explica cómo el coste metabólico del estrés reduce el rendimiento de algunos colectivos: por ejemplo, el estrés de los pilotos de avión de la 2ª guerra mundial por cometer errores o el de los boxeadores. ¿El motivo? El estrés consume oxigeno o calorías (por ejemplo, por los músculos del cuerpo, que se tensan en situaciones de estrés). Malcom explica cómo empezaron a ofrecer a pilotos ejercicio de relajación, con buenísimos resultados.  

Y Ben Winter aplicó esta noción a los corredores de esprint, también con muy buenos resultados. Da como ejemplo Usain Bolt, uno de los herederos de esta escuela, y cómo parece volar fácilmente más que sufrir con una cara tensa. El estrés del corredor consume mucha energía, y la energía es lo que necesitas para correr 100 metros en menos de 10 sec. No entremos en detalle de técnicas de relajación, pero como sabrás, la técnica estrella es la respiración pausada, pero existen otras, como la visualización.  

¿Y en tu trabajo? 

No tienes que pelear por tu vida en el aire, o que ganar una carrera delante de las cámaras de todo el mundo. Pero como organizador, tienes que rendir, que saber tomar muchas decisiones en poco tiempo. El estrés (incluso el estrés aceptado que comenta Kelly) NO es tu amigo, consume demasiada energía . Así que más que meramente aceptar que tenemos una profesión estresante, o incluso glorificarla, tendríamos que aplicar estas técnicas y pensar que si reducimos nuestro estrés en momentos complicados, estaremos mejor. Si relativizamos, si hacemos una pausa y caminamos 15 minutos pensando en otra cosa, si respiramos de forma pausada, estaremos en disposición de hacer mejor las 120 cosas que están en nuestra to do list, o lidiar con este colaborador / cliente / asistente complicado. ¿Un propósito para 2024? 

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