Una convención anual en el salar más grande del mundo ¡Wow!
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Fueron 3 días de evento en el mágico Salar de Uyuni. Se privatizó el hotel Palacio de Sal (al borde del salar) para los 90 asistentes (había miembros de Latinoamérica y también algunos miembros de Europa) que llegaron hasta allí en 4×4 tras volar desde el Aeropuerto Internacional de Santa Cruz de la Sierra hasta el aeropuerto de Uyuni en un charter privado.
En estos vídeos puedes ver todos los detalles del evento…
Muchos retos de organización
Participaron más de 60 personas entre organización, producción, gastronomía, hotel y otros. Además, como el salar está a más de 4.000 metros sobre el nivel del mar, contaron con un equipo médico y ambulancias.
Tuvieron que pedir un permiso especial al ayuntamiento de la zona con más de tres meses de antelación, además de trabajar con una empresa local “porque sino no te permiten hacer eventos”, según nos cuenta Nadia.
Otro detalle importante es que hay que dejar el salar limpio y esto requiere que una empresa de la zona limpie y coloque una nueva capa de sal para que se regenere, una vez finalizado el evento.
Como en el salar no hay ni agua ni luz montaron una cocina ad hoc tres días antes con una carpa cerrada con los hornos, planchas, freidoras, etc.
También creamos congeladores naturales con hielo y jugamos mucho con los tiempos, por ejemplo, para el helado salimos 45 minutos antes del hotel cuidando la cadena de frío para que llegara justo a tiempo”.
Nadia Nemer, CEO de Nemer Studio
Experiencias y catering de lujo dando protagonismo al lugar
La cena de bienvenida estuvo a cargo del reconocido chef Marko Bonifaz, considerado estrella Michelin en Bolivia. Marko hizo un menú inspirado en el occidente del país. Además, contaron con Danny Garcí,a reconocido coctelero, que dio vida a la barra con sus cócteles de autor, donde el singani (el licor emblemático boliviano) fue el centro de atención.
Descubrieron el salar con los ojos vendados
El segundo día salieron de camino al Salar de Uyuni en los 4X4. “Les vendamos los ojos, y cuando llegaron al salar pudieron descubrir una de las maravillas naturales del mundo. Después de un largo paseo por el salar durante la mañana, se dirigieron a un lugar en medio del salar donde les esperaba una experiencia gastronómica exquisita”, nos cuenta Nadia.
Chefs de prestigio
El almuerzo sería un Apthapi a cargo del reconocido chef Marco Bonifaz. Apthapi o aptapi es el nombre de una celebración colectiva aymara en la que se comparte alimentos y saberes, lo que supone que cada asistente lleve un alimento para la comida comunitaria.
La localización fue decorada con carpas, mesas altas y mesas bajas y aguayos (la tela típica de la zona occidental de Bolivia), además de plantas de la región.
Al atardecer tenían la puesta de sol increíble en el salar con el coctelero Danny García. Crearon un cóctel que se llamaba “beso al atardecer” inspirado en los colores del atardecer del salar.
Por la noche, ya en el hotel, tenían una cena basada en los cinco sentidos con los chefs Franklin Gushi y Fernando Catalán.
Conferencias sobre el litio
Tuvieron unas conferencias sobre el litio, ya que había muchos empresarios interesados en este sector y el Salar de Uyuni es la reserva de litio más grande del mundo. Después de las conferencias, todos salieron en los 4X4 camino al Salar para el almuerzo con los chefs Pablo Gumiel y Coral Ayoroa, esta vez con influencia de los Valles Bolivianos.
La decoración se basaba en mesas de cristal con patas de sal, telas blancas que bailaban con el viento.
Por la noche tuvieron la última cena a cargo, nuevamente, de los chefs Pablo Gumiel y Coral Ayoroa que estaba inspirada en el Amazonas, al igual que la decoración. Luego tenían una fiesta de despedida.