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Tienes una nueva presión: tu evento es un arma político-social

Tienes una nueva presión: tu evento es un arma político-social

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Eric Mottard
La cultura, nueva mina de oro de experiencias   ¿Cuánto pesa nuestra industria?   Los organizadores se mantienen optimistas para el 2025 pero piden más flexibilidad
No es realmente nuevo, de hecho, es algo que se vio ya en los Juegos Olímpicos del 1936, en la Alemania de Hitler, en los Juegos Olímpicos de México 1968 con los propios participantes (como ves en la fotografía) y en mil eventos desde la antigüedad. Un evento es un momento de impacto, una afirmación de propósito o de importancia, una manera de identificarte con unos valores, una industria, una comunidad, y una manera de tener todos los ojos apuntados hacia tu ciudad, país, régimen, empresa, o persona. Y además hoy en la era de la comunicación, con una difusión multiplicada. Sí, sí, un evento es un arma increíblemente potente… pero también de doble filo, al ser un blanco fácil de tus adversarios, o un momento en el cual tanta atención mediática puede desbordar el evento estrictamente hablando, y se puede aprovechar para protestar aprovechando la visibilidad de tu evento, o para denunciar facetas controvertidas tuyas. Más que nunca, un evento es algo a pensar muy bien, con una mezcla de ambición y cautela. Por Eric Mottard

La fuerza del evento como afirmación

Empecemos con lo bueno: un evento es una herramienta de posicionamiento espectacular, y esto es muy bueno para nuestra industria. Qatar es el último ejemplo de régimen que apuesta por los eventos, deportivos en este caso, para conseguir tres grandes objetivos:

  • Identificarse con valores. Más allá del Mundial, el país tiene en el deporte una apuesta de país. Algo como el deporte que transmite valores muy positivos, universales, de competición sana, de mejora, de disciplina, de entretenimiento, es algo que el país ve como valores muy positivos.
  • Demostrar su buen hacer. Sea la Alemania nazi o China con su increíble puesta en escena en los Juegos Olímpicos o ahora Qatar, el hecho de mostrar que sabes organizar un eventazo transmite que como país eres moderno y competente, transmite toda una imagen que va mucho más allá del evento en sí.
  • Ser el centro de atención, y de relación. Acoger un gran evento supone ser el centro de la atención mediática, recibir en tu casa a personas influyentes…

Esta importancia de los eventos es una de las dimensiones más prometedoras para nuestro sector, que analizamos aquí. 

¡Écha un vistazo también a estos eventos históricos que han cambiado el mundo!

… pero te convierte en un blanco

Seguro que tu empresa o tu ciudad no aplica las duras condiciones sociales que se vieron en Qatar, pero cada empresa o ciudad tiene sus detractores, sus protestas, sus polémicas. Y aquí llega una segunda dimensión del evento: puesto que pone los focos en ti, abre el debate a que se comenten aspectos controvertidos (y sabemos que la protesta consigue a menudo una visibilidad grande). Qatar fue muy controvertido por varios motivos (derechos laborales, derechos de la mujer o de los homosexuales…), tantas cosas que pasaban desapercibidas hasta ahora. Muchos declaran su apuesta de acoger el Mundial como ganadora en el conjunto, pero tengo que confesar mis dudas. ¿Ha mejorado la imagen que tenemos de Qatar con este Mundial? Creo que es un país que hoy mucha gente inconscientemente asociará con diferentes tipos de abusos.

El último informe de Skift habla así de “the weaponization of travel”, recordando, por ejemplo, que en un entorno de tensión social y política, conferencias pueden cancelar su edición en una ciudad que les parece poco alineada con sus valores (por ejemplo la conferencia de PRIMR con 2.400 personas canceló su edición en Salt Lake City por las recientes leyes anti-aborto de este Estado, un caso entre muchos).

Un mundo hiper-sensible

Como profesional de eventos, tienes que entender la evolución del mundo y de los cambios en la sensibilidad social. Sin duda, el mundo cambia. Estés de acuerdo o no sabes que tenemos hoy ante muchos momentos sociales, un juicio permanente por la opinión pública, mediática, social. Mi labor no es valorar esta evolución: si te gusta, te parecerá una exigencia moral positiva; si no te gusta, te parecerá una intolerable dictadura de una minoría woke. No importa tu forma de verlo, está aquí y tienes que reconocer este fenómeno y esta tendencia que impactará cada vez en eventos, como puedes leer aquí. 

Concretamente en lo que toca a nuestro sector significa que tu evento es un blanco fácil del cual se espera perfección (de tu evento, de tu empresa, de tu destino). Lo hemos visto cuando azafat@s han acusado empresas de mal trato por no poder poner un jersey en un Godó donde hacía frío, u otra no seleccionada acusando a la empresa de “gordofobia”. Un episodio visto como racista, homófobo, exclusivo de alguna manera, puede ser denunciado con una repercusión que no había antes.

El escenario donde las protestas se desarrollan

Si quieres protestar contra alguien o algo, un evento es el escenario perfecto, donde está la gente, la prensa, los líderes económicos o políticos. Lo vimos en esta protesta de los Comunes durante el salón Rebuild en Fira Barcelona como contaba El Periódico. Y durante el Procès, se organizaron manifestaciones independentistas durante el Mobile World Congress, aprovechando la visibilidad del evento. La protesta incluso puede venir de tus propios participantes o estrellas, lo vimos con el gesto reinvindicativo en los Juegos Olímpicos de México 1968 (como refleja la fotografía de arriba). 

“Con gran poder viene gran responsabilidad” (lo siento: en el fondo, creo que solo escribo artículos para poder incluir frases simili-filosóficas de super héroes…). El evento es una herramienta potente pero también un escenario muy delicado, abierto a una controversia que puede ser dañina. ¿Tu próximo colaborador será una agencia de public affairs?

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