INGENIAqed transforma una central térmica en el Pabellón del Futuro de Shanghai
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¿Qué retos ha supuesto diseñar el Pabellón del Futuro? Se tratataba de desarrollar el proyecto ejecutivo del Pabellón, es decir, del concepto, guionización, diseño y desarrollo íntegro del proyecto, así como la producción de los audiovisuales, mientras que la fabricación e instalación expositiva la ha asumido un equipo chino, que ha trabado con el asesoramiento de los equipos técnicos de IQ. El reto ha sido doble. Por un lado, abordar, de un modo serio pero al tiempo divulgativo, la idea del futuro de la ciudad para un público gigantesco : ¡el Pabellón podrá recibir hasta 60.000 visitantes diarios! Por otro lado, intentar comunicar con un público mayoritariamente chino (se prevé que el 95% de los visitantes a la Expo de Shanghai será publico nacional), y desarrollar un proyecto con un organismo oficial chino.
El pabellón es de gran complejidad arquitectónica, ¿cómo ha afectado esto al proyecto?
Las autoridades chinas tenían mucho interés en preservar algunos de los iconos industriales que había en los terrenos en los que se ha construido la Expo. La central térmica en la que se aloja el Pabellón, conocida como Nanshi Power Plant, estuvo abasteciendo de electricidad a una zona de Shanghai hasta hace muy poco. Se ha mantenido el edificio intacto en su aspecto exterior y ha preservado su monumental volumetría interna diáfana, con zonas de más de 30 metros de altura libre, que han permitido un espectacular montaje expositivo. En esa zona se alberga el momento culminante de la visita, que evoca un gran espacio urbano futurista, que nos traslada a diversos posibles escenarios urbanos del año 2050.
¿Cómo ha sido la colaboración con las diferentes empresas y proveedores chinos?
Hemos trabajado junto con el Bureau of Shanghai World Expo Coordination, una compañía oficial del gobierno chino, y con los equipos de cada uno de los pabellones temáticos. La dinámica habitual de trabajo se desarrollaba a través de muchas, muchas reuniones. Lo que se discutía en sesiones de reflexión creativa tenía que ser aprobado internamente en China, y luego por Bureau International des Expo, en París. No era en absoluto difícil llegar a un acuerdo sobre los principales conceptos con el equipo chino, aunque las referencias culturales para un público occidental son diferentes de los de una audiencia china. Tuvimos que desarrollar un conocimiento profundo de nuestros clientes, de la historia china, puntos de vista sobre las cosas, las estrategias y los sentimientos.
También ha trabajado como consultora independiente. ¿Qué se ha propuesto a nivel de conceptualización y de desarrollo que diferencien a esta Expo de las anteriores?
El trabajo sobre una Expo en China no es fundamentalmente diferente a trabajar en una Expo en Hannover: terminan por imponerse los mismos sistemas de trabajo. Las estructuras gubernamentales son tal vez un poco más pesadas y hacen la vida un poco más complicada. Pero el equipo chino sabe muy bien cómo manejarlos. En un principio, la toma de decisiones, hace tres o cuatro años atrás, era increíblemente lenta. Luego, entre un año y año y medio, de repente, todo se movía muy rápido y se realizaron las decisiones importantes. De repente, la eficiencia fue enorme. Fue impactante, cómo las cosas se movían tan rápidamente en términos de construcción, edificación, etc. Estoy especialmente entusiasmada por esta Expo.